Hoy renuncié a ti,
a tus recuerdos,
a tu amor
y a un futuro juntos.
Hoy renunció a ti para siempre,
cariño.
Y en los brazos de su amante
conoció la eternidad del amanecer,
mientras en sus piernas llovía
el néctar de su amor.
Yo no te dejé de amar,
solo me cansé de esperar
por alguien que no deseaba
caminar a mi lado.
Me quedaré con los momentos
en que fui feliz a tu lado
y con las caricias que un día
me llevaron al cielo.
Tuve que arrancarme
cada mariposa,
cada te amo desde
la profundidad de mi alma,
pues sólo mantenían abierta
la herida de tu cruel despedida.
El amor es como la suave brisa,
como las olas que llegan y acarician.
El amor es como el aire, no lo puedes ver,
pero lo necesitas para vivir.
Me dormí en tu pecho un segundo
mientras contaba las estrellas,
y desnudaba mis miedos con la
calidez de tus caricias.
