lunes, 23 de marzo de 2015

Presagios

¡Ay! De esas noches
que te llegabas a mí
y tus pasiones desembocabas
sobre la humedad de mi cuerpo desnudo,
cómo las feroces olas que azotan
con violencia a las rocas.

En esos días donde nuestra pasión
se bebía sorbo a sorbo los ocasos,
así, amándonos hasta la llegada
del alba, allí, donde descendían
los presagios y entre besos
y abrazos las sábanas
se humedecían hasta
quemarnos el alma.

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