a esta plegaria divina
y a mi alma rescatarás
de la temible oscuridad.
Si te apiadaras de mi y me dieras
una segunda oportunidad,
te lo pagaría ayudando a los demás.
Siempre anhele irme
en pos de él al más allá,
para que mi espíritu dejara de vagar.
Y ahora que el día ha llegado
ya no quiero viajar y deseo otra
oportunidad.
Dios mío, se me termina el respirar
y mi alma cansada esta de luchar.
Dios mío, agarra mis manos
y si todo a llegado a su final
llévame pero con paz y deja
serenidad para quienes quedan
atrás.
Bello, pero triste
ResponderEliminar